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El Marisco Gallego tiene su historia romántica…
La Historia del Marisco Gallego
Cuando hablamos de la Historia del Marisco Gallego hay investigadores que aseguran que el primer alimento que comió el hombre fue la carne, otros creen que fueron hierbas, frutos, o semillas, pero son muchos los que creen que fueron los mariscos, ya que se han llegado a encontrar conchas de moluscos, que fueron consumidos por el hombre del Neandertal y por el sapiens, en diferentes lugares del planeta, hace nada menos que 150.000 años.
Precisamente, en la Historia del Marisco Gallego, el último descubrimiento referente a esta teoría fue español.
Lo que es seguro es que la pesca inicial se limitó al aprovechamiento de los recursos que ofrecía el mar, ya que con las mareas altas eran muchos los peces y mariscos que se acercaban al litoral y, cuando llegaba la bajamar, muchos quedaban atrapados en pozas o esteros, de donde eran fácilmente recolectados. Esta práctica tan antigua ha estado vigente hasta hace relativamente poco tiempo, en algunas zonas sigue estándolo y sobre todo fue el origen de las “piscifactorías” que se crearon aprovechando las mareas y haciendo con construcciones muy elementales unas balsas en las que el pescado quedaba atrapado.
La inmovilidad de los moluscos hizo posible que su cultivo se adelantase al de los crustáceos y al de las demás especies piscícolas.
Hay diferentes referencias a estanques en los que se “criaban” ostras pero todo hace suponer que solamente se mantenían durante el tiempo necesario para poder consumirlas, aunque años más tarde, hacia el 100 a.c., en estanques instalados en la costa del Adriático se consiguió crecimiento significativo en cautividad. A mediados del siglo XIII, un irlandés llamado Patrick Walton que había naufragado llegó a una isla deshabitada y tuvo que buscar los recursos necesarios para subsistir. Colocó unos palos en la orilla para crear un entramado que le facilitara la captura de pescados cuando al bajar la marea algunos ejemplares quedaron atrapados en sus rudimentarias redes, entonces observó que sobre el entramado de palos se posaban mejillones, que crecían más y mejor que los que estaban siempre sumergidos.
En España, fue en las costas catalanas, durante el siglo pasado donde se intentaron llevar a cabo diferentes métodos para la cría y explotación de mariscos y moluscos, pero como los resultados no fueron suficientemente buenos, las técnicas empleadas se trasladaron a las Rías Bajas, más concretamente a la de Ría de Arousa, en 1945 cambiando el sistema inicial de estacas por el que se ha mantenido hasta la actualidad, las bateas, que obtuvieron un gran éxito.
La Ría de Arousa sigue siendo la principal productora del Marisco Gallego, aunque también se cultiva el mejillón y otros moluscos en las costas de Ares, Muros, Pontevedra y Vigo.
Aunque China es el primer productor, es en España en donde se han alcanzado los niveles más altos de calidad y seguridad alimentaria, por lo que nos hemos convertido en el primer exportador.
Las ostras también, que como ya hemos visto junto con el mejillón, fueron una de las primeras especies cultivadas, presentaron bastantes problemas, difícilmente explicados entonces y que hoy sabemos que se deben a las condiciones del agua en que se crían, la cantidad de plancton y las temperaturas, por lo que, aunque nunca se abandonó su cultivo totalmente, se produjeron fracasos importantes a lo largo del siglo XIX, cuando se intentó la producción controlada.
A pesar de que la producción española es limitada, apenas el 0,1% de la producción mundial, la variedad explotada, la Ostrea edulis, que es plana, es de muy buena calidad. También se cultivan almejas, vieras, zamburiñas, berberechos y abalón (oreja de mar) mediante variados sistemas (viveros fijos, viveros flotantes o bateas) con resultados cada vez mas prometedores, y con miras a un exitoso desarrollo comercial.
Los crustáceos del Marisco Gallego
Los primeros que se cultivaron fueron los Bogavantes a finales del siglo XIX. Los intentos iniciales se llevaron a cabo en Estados Unidos pero los resultados fueron poco favorables, por la altísima mortalidad y por el canibalismo. Después se intentó con la Langosta y en 1930 con los Langostinos. En España se obtuvieron experimentalmente los primeros ejemplares de Langostinos en 1962 aunque los altos costos y la competencia de los producidos en China, Perú y Ecuador en sistema semi-intensivo, con frecuencia en manglares, sin grandes costes de instalación y aprovechando la temperatura templada de las aguas, que es muy favorable para el Langostinos, hicieron que la explotación en nuestras costas no fuese viable.
Una actividad acuícola, si conseguida gracias al aporte de las Rías Baixas gallegas, con interés comercial, es el emplazamiento en ellas de algunos crustáceos como, (Langosta, Bogavante, Centollo, Buey de mar, Nécora) en cetáreas, con la finalidad de que los tamaños pequeños se hagan comerciales mediante alimentación controlada, o simplemente para el mantenimiento, lo que permite sacarlos al mercado en los momentos de precio favorable.
La Historia del Marisco Gallego es la que avala que Galicia, con sus 1.300 kilómetros de costa, y un sinfín de puertos marineros ha sido una región volcada al mar, y la pesca, como actividades principales de sus habitantes, con especial mención hacia los marineros, mariscadoras y percebeiros.
De ahí también que Vigo sea hoy el principal puerto pesquero de Europa y las rías gallegas las mayores productoras de mejillones entre otros mariscos, del mundo.
Las excepcionales condiciones de su costa, que alterna los acantilados más altos de Europa con las aguas plácidas de las rías, junto con la riqueza en nutrientes que atesora el océano Atlántico en estas latitudes, han conformado un ecosistema único del que se nutren los mercados gastronómicos más exquisitos.